Valentina
Bobbo

(n. 1999, Treviso, Italia)

Es un artista visual formada en Milán. Crea instalaciones que utilizan residuos y materiales reciclados. Su obra "Personajes de Latas Rosa" fue creada durante la Residencia Artística Can Serrat en El Bruc, Barcelona. Se exhibió su primera serie compuesta por 27 piezas durante el evento "Cuerpo de arcilla" en La utópica - Esparraguera,
en febrero de 2024.

Fue parte de Artefici del Nostro Tempo 2024 en Forte Marghera, la exposición colectiva curada por la Fundación de Museos Cívicos de Venecia. Este proyecto, titulado "CO SELF" fue nominado por La Bienal de Venecia, y realizado durante su estancia en la Residencia de Arte en Can Serrat.

Valentina Bobbo

Redes: @valentinabobbo
Portfolio: Behance

Título de las series:

Personajes de latas rosas
Serie argentina compuesta por 20 esculturas [DISPONIBLE]

Durante su residencia en Can Serrat, Barcelona, Cataluña, en enero y febrero de 2023, Valentina Bobbo produjo una serie de obras compuestas por objetos de la vida cotidiana y natural.

Aquí algunas notas tomadas durante la residencia que fueron parte de la lectura polifónica en la librería Lata Peinada, en Barcelona el 2 de febrero de 2024, y en La Utòpica, en Esparraguera el 22 de febrero de 2024.

El texto "Apuntes" fue creado para ser exhibido junto a la obra "Personajes de Latas Rosas", aquí se reproducen detalles de la selección especialmente diseñada para AFTERpoema.

La forma de la hoja

La forma de la hoja es un proyecto creado durante la Residencia de Arte Entorns, en Musser, Lleida, España entre octubre y noviembre de 2024. 

El video que les presentamos fue montado con imágenes de la fuente de la Plaza Mayor de esa localidad española y el audio, grabado de un arroyo cercano. Luego se instaló en plena naturaleza, en el entorno pirineo que rodea la residencia, como si un personaje salvaje decidiera regresar a su hábitat.

Personajes de Latas Rosas

Apuntes

Probablemente estoy en las mejores condiciones posibles. Sin embargo, he estado muy frustrada todos estos meses pensando en que llegaría este momento, con ansiedades que ahora parecen pertenecer a otra persona. Siento que estoy cambiando mi tono al hablar, estoy poniendo el acento en diferentes imágenes ahora que estoy aquí. Esta mesa en la que descansan estas palabras mientras las escribo no es muy estable, es perfecta para mí. Se ha liberado y ahora la estoy llenando de montones de cosas. Pero estas cosas solo están apoyadas, cuando me vaya esta mesa estará libre de nuevo. Lo que sí puedo hacer es trabajar con estos objetos que apoyo para que queden algunas marcas en la mesa. 

En este sentido, pienso también en la cajera del supermercado y en el señor que me acompañó hasta el camino a la residencia. No intercambié muchas palabras con ellos, quién sabe si algunas de estas palabras se guardarán en sus mentes como las marcas que dejo yo aquí. Quién sabe lo que recordarán de mí, si es que alguna información les ha impresionado especialmente. Yo recuerdo algunos detalles de ellos que probablemente me llamaron la atención, algunos más que otros.

Acabo de notar que el piso está inclinado y, por lo tanto, también la habitación y, por lo tanto, también yo estoy inclinada. Esto significa que aquí solo las palabras están rectas. Es por eso, probablemente, que confío en ellas.

Siempre estoy buscando algo para mejorar, algo para saber, para conocerme mejor… un poco para poder presentarme como una persona que hace algo. Siempre hay una tendencia de alguna manera a catalogar y catalogarse. 

Creo que es por la memoria que encajamos todo y a todos en cajas, de todos modos, me gustaría aplicarme a las cosas nuevas, expandir mi práctica pero, en este momento, en este período yo soy alguien que "hace personajes a partir de formas identificadas con objetos de la naturaleza cotidiana".

Personaje 1

Es una especie de oso, sin nombre. Tiene una cualidad indiscutible: muestra a través de sí

mismo lo que está fuera de sí. De esta manera, se presenta como una ventana

desde la que ver el paisaje exterior. Su figura necesita un entorno para estar completa. 

Está hecho de espacio lleno y vacío.

Personaje 2

Podría ser un monstruo o un pájaro que está volando desde lo alto de un edificio.

Es una figura que quiere irse. No sabes a dónde quiere ir, él tampoco lo sabe, pero quiere irse. 

Es un personaje que busca una salida aunque haya límites a su vuelo.

  • PERSONAJES DE LATAS ROSAS

    Abren la boca y se quedan sin nada que decir. Sin tener extremidades para hacer nada.

    Saben que son anónimas pero no pueden hacer nada al respecto. 

    Banalidad, sólo poseo banalidad. 

    Simplemente están quietas y el solo hecho de permanecer quietas sin tener un lenguaje, sin expresar nada más que estar allí presentes y ausentes al mismo tiempo las hacer ser, como estatuas, bloques con un rostro que quisiera hablar pero no lo hace, no se exponen.

    Las latas están hechas de latas recuperadas de la basura o cestas abandonadas a sí mismas en el jardín, este concepto de ser criaturas tontas ya está presente, simplemente lo subrayo sacándolas del lugar donde fueron soltadas y dándoles una especie de forma humana y común. 

    Las personas son más sensibles a lo que está cerca de ellas. Si tuviera que hablar con gatos, habría hecho gatos. Pero desafortunadamente somos humanxs y, por eso, tengo que hacer estas formas humanas, dejando que los gatos coman, duerman y maúllen.

    La vida de las latas rosas ya no depende de mí, son bloques arrugados, cuerpos que se retuercen. No van, no vienen, no se mueven, no conocen el espacio porque no lo exploran.

Un coro sin voz, una frase sin palabras, una palabra sin letras

una forma que grita pero que permanece vacía y pesada al mismo tiempo

entidades firmes en sí mismas

producto del reciclaje

parecen querer sacar algo pero no lo hacen, no pueden:

su alma ha sido bebida

objetos inanimados

con forma de un bloque corporal

aparentan expresar

sentimientos

que quieren expresarse

pero que no pueden

-no depende de mí,

yo solo puedo evidenciarlo-

como estos objetos quieren comunicar

su necesidad de comunicarse

y no pueden

empatizo con ellos.

Comprendo 

a través de su vida rosa

la necesidad de expresarse pero

ya no depende de mí.

El montaje fue espontáneo, encontré piezas de materiales cerca de la montaña y me sugirieron qué forma general podrían componer si se relacionaran entre sí. Creo que la relación con el espacio externo y entre las partes internas es importante para mi práctica.

En sí mismos estos elementos son inofensivos, pero juntos forman una figura, y eso es belleza para mí. 

Permítanme explicarles el proceso que llevé a cabo: subí las escaleras que conducen al campo desde el que se puede ver la montaña. Es rico en “objetos naturales”, como yo los llamo. Materiales que ya tienen forma. Es precisamente esta forma la que me llama la atención, mi mirada se detiene en las formas que me rodean y aplico una especie de selección visual. Como si la forma misma dijera: “esto sí” y “esto no”.

“Lo que es sí” tiene algo que no sé explicar con palabras, que me llama. Tal vez sea el objeto el que me atrapa más de lo que yo lo atrapo a él. Cuando lo veo reconozco algunas posibilidades de convertirse en otra cosa. Es un ser cambiante, como yo lo soy a veces. 

El resto de las cosas ya son perfectas tal y como están, por lo que puede que no me parezca especialmente interesante trabajar en ellas. Michelangelo el artista, solía decir que la forma ya estaba en el bloque de piedra que luego tenía que esculpir, como si hubiera sido intrínseca a ella, y él como artista simplemente la sacaba a la luz. Es un concepto que me es muy afín. Incluso en lo que a mí concierne, la forma ya está preempaquetada, incluso es del mundo natural, no solo artificial, la forma en la que trabajo ya está ahí al principio y la destaco más o la ensamblo con otras formas para componer una cosa común hecha de partes, como un todo único y múltiple Como dice Angela Vettese, una intelectual italiana que se ocupa del arte: “el arte como la vida, está hecho de fragmentos”.

La forma de la hoja

El Personaje Salvaje

  • La palidez de esta hoja enferma me convence de arreglarla. Aquí, hablar de arte es como hablar de la muerte. 

    Pensar que con este cuerpo podría dar vida a nuevas formas, desbordando la imaginación y liberando el rectángulo, sintéticamente, los ángulos se convertirían en curvas imaginarias que recorrerían caminos aún no descubiertos. Caminos sin contornos, caminos sin caminos. Con los ojos, puedo verlos ahí donde aún no están. 

    Una nube blanca ocuparía el lugar de un vacío y así sería humo que toma forma y así, sucesivamente… Y lejos. 

    Aparentemente, el potencial podría resultar mejor que la concreción de lo que imagino, pero es como si quisiera ver de nuevo lo que ya está marcado a fuego en mi mente. Solo un poco, al menos, quisiera verlo en el mundo, para no parecer loca. O tal vez para tener la certeza de la locura. 

    Las ideas pasan, una a otra en la mente, como jugadores, uno contra otro, pero también juntas en un grupo homogéneo que espía la realidad para sacar ventaja.

    Pobre hoja frente a mí, solo espera su final. No corre a cubrirse, no se dobla. 

    He dispuesto todo lo que necesito, pero sigo reflexionando sobre ella. Paso mis dedos a lo largo del camino y veo que se deslizan perfectamente, como patines sobre el asfalto, bailan inquietos, dibujan formas y tocan los colores que ahora se desvanecen en la luz. Apenas tengo tiempo de recordarlos y anotarlos para poder repetirlos. Si quisiera, podría cambiarlo todo. Proponer algo nuevo, trastocar las reglas que estoy creando sin querer. Quisiera dar vida a algo que aún nadie haya pensado. 

    Lo pienso y repienso, tal vez ya haya pensado yo misma este mismo pensamiento. ¿Cómo puedo entonces agarrar la realidad así, hacerla presa de una imaginación que es, en realidad, su copia? Estoy a punto de convencerme de dejarlo todo, cuando de repente el blanco se transforma y me habla: una idea que escupe en mi ojo y así me permite ver. 

    No sé lo que estoy haciendo, por eso me mantengo lo más lejos posible con la vista y lo más cerca posible con los dedos. Mido el espacio y lo mastico furiosamente entre las yemas. 

    Tiene buen sabor, me digo para darme valor. Me pregunto si las tijeras sienten el dolor de poder herir, si sienten la culpa de haber nacido así. 

    Pero nadie siente nada, yo la única 

    Zac